COSAS ODIOSAS (#4) DE CLICHÉS

Vale, ¿a qué echabais de menos al adorabale Bob? ¿No? ¿Sí? Bueno, da igual, esto es a lo máximo que llega mi cerebro a estas alturas (a estas y a todas).

Vale empezamos.

1. Soy tan guapo que hasta me duele. Y ahora mismo yo os diría un centenar de nombres de buenorros. Sí, sí, esos tíos que huelen a cielo (¿eins?) y al más dulce perfume, que tienen los peinados más hiperguays, cuyo cabellos refulgen cuando el sol se posa sobre sus cabezas.  Esos que tienen la piel tiene un brillo adamantino/broncíneo/dorado/achocolatado. Esos cuyos ojos sólo se pueden describir con “increíbles” “como los de un ángel” “lo más hermosos que he visto nunca” “hechizadores”. Esos cuyo torso SIEMPRE parece de revista aunque se hinchen a patatas, Coca-Cola y demás guarrerías. Sí, Daniels, Dimitris, Jaces, Edwards, Jacobs, Damons, Damens, Stefans, Fauns, Sams, Zanes, Shanes, Patches, Xaviers, hablo de vosotros. Oh dulces seres esculpidos, que no podíais ser como cualquier hijo del vecino, flacos o rellenitos, con granos, el pelo no tan perfecto y no provoquéis infartos a todas las chicas a las que miréis. Si fuérais así, me ahorraríais miles de llantos histéricos, reanimaciones y taquicardías.
2. Soy tonta, sosa y no valgo nada pero molo mogollón. Vale, Luce es el claro ejemplo. Esa chica era listísima (ejem). Yo es que me pregunto: ¿se pondrán todas de acuerdo y harán una competición a ver cuál de todas esas Damas Superdotadas cae peor? Porque todas las protagonistas tienen la manía de sacarme de quicio. Todas son pavas, superficiales e idiotas pero inexplicablemente todos quedan prendados de ellas. Pero no, según ellas son discretas, sencillas, humildes y modestas. También tienen la costumbre de querer SIEMPRE la paz mundial y este principal próposito que no les lleva a ninguna parte es la base de su idiotez. Quieren salvar el mundo, porque les dan pena los niños de África, la gente que pasa hambre y las injusticias sociales. ¿Se apuntan de misioneras y las perdemos de vista para siempre? ¡Dios no lo quiera! Para ellas, querer la paz mundial, es callarse cuando las insultan, perdonar SIEMPRE a sus agresores –porque, se me olvidó mencionarlo, también son SIEMPRE injustamente humilladas, claro, antes de que aparezca el Pecho Lobo-. Estas damiselas en apuros también tienen la costumbre de montar Dramones con mayúscula. Pobre del chico que las deje o que las deje plantadas o que las rechace, porque en estos casos, todas las fuerzas del Inframundo se reúnen y el pobre desgraciado deseará no haber nacido. ¿Ejemplos? Luce, Ever, cof, cof Bella, cof, Gemma Doyle, Grace, Clary, Bianca, y para desgracia un largo etcétera.
3. Los avergonzados de relleno. 1). Ese amigo de la protagonista que acaba siendo uno de sus intereses románticos, y que suele ser bastante feillo el chaval, aunque en el segundo libro se vuelva un Don Juan y las vuelva a todas locas. A mí sinceramente esos amigos me dan pena. ¿En serio alguien pensaba que Clary se iba a quedar con Simon? ¿O qué Katniss iba a elegir a Gale? Pobrecillos, que siempre acaban humillados y ridiculizados por el tío bronceado y cachas.  2). Los amigotes que no sé como soportan la pedantería de la protagonista. A mí que me expliquen como lo hacen, porque la chica pasa de ellos, los ignora y es que cuando vuelve con ellos es para hacerlos compinches de su acoso al protagonista. Era yo y la mandaba a freír churros. Pero no, sus “verdaderos y auténticos” amigos la soportan estoicamente. Y yo desde aquí me levanto y les aplaudo. ¡Bravo, queridos, bravo! 3). Una madre, un padre, una abuela, un abuelo, una bibliotecaria, un profesor, nuestros protagonistas deben tener siempre una fuente de sabiduría y conocimiento –que yo no sé de que les sirve-. Aquello son seres sabios y superiores que los iluminan con su gran saber. Dumbledore, la señora Bethany, la directora de la academia Spence y Carlisle son sólo algunos ejemplos.
4. Maldiciones, conspiraciones, traiciones y venganzas milenarias. Nuestras chica SIEMPRE suele estar metida hasta las narices en alguna cosa de esas. Pero ¿ella lo sabe? Adonde vas a parar. Nuestra chica es una inocente y por muchas pistas, mensajes criptográficos, señales que le envían los moribundos ella no se da por aludida. Pero claro el Macizo Galaico que ella tiene por supuesto novio tampoco le aclara las dudas. Le sale con lo de: “la ignorancia no te hará daño, amor” o “cuanto menos sepas, más a salvo estás, luz de mis estrellas”. Pero todos LO saben, todos menos ella. Sus amigos, sus enemigos, sus padres, y si te descuidas también la vecina del 1º. Digo yo que habrá alguna alma caritativa que harta de que la prota se deje los sesos intentando descubrirlo y que se lo suelte. Pero no. Todos tienen la boca sellada y la chica me da el coñazo otras cien páginas más. Finalmente la chica LO descubre, pero claro, como ella estaba hasta las narices y no lo sabía, se cobran unas cuantas muertes y en el apogeo el malo-malísimo le confiesa EL SECRETO acompañado de una carcajada diabólica, que sinceramente yo le daba las gracias por quitarme tantos quebraderos de cabeza.

Hasta aquí Cosas Odiosas #4. Un besillo a todos. ¡Nos leemos!