Los sueños son volátiles. Se evaporan con el viento, se van y vuelan hasta el cielo. Son etéreos y frágiles. Son grandes o pequeños. Fluctúan, se mueven, se retuercen y se escapan.
¡Volved! ¡Volved! ¡Llevadme con vosotros! ¡Dejad que me siente sobre vuestras alas, dejad que cierre los ojos! ¡Esperad! ¡Dejadme desaparecer! ¡Sólo un momento! ¡Volved dulces criaturas! ¡Dejad que os acaricie con los dedos! ¡Quiero besar vuestras manos! ¡Por favor! ¡Por favor!
Ya no están. Se han marchado y no volverán. Un soplo y todo está vacío. Un soplo y sólo hay silencio, un silencio frío y hostil. Extiende sus manos y son gélidas.
No hay sueños. El cielo es azul, la tierra es árida. No hay sueños. Todos están aquí. Todos los ven marchar. Miles de corazones. Miles de sueños desaparecidos. Se oye el llanto de un niño. Después otro, y otro y otro. Y todos lloran y son como ríos, ríos de suspiros y lágrimas. No hay sueños. Todo es gris, como una niebla densa. Todos están y todos desean irse. No hay sueños, hay corazones vacíos. No hay sueños, hay llantos. No hay sueños, no hay risas, no hay colores, no hay palabras, no hay cielo. No hay nada.
Tú, yo y un montón de sueños esparcidos.
1 comentario:
Muy bonito
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Ríe, llora y sopla dientes de león.