¡Hola!
Bueno, antes que nada, disculpad estas vacaciones improvisadas. He estado de mudanza últimamente y todavía no hay internet (#muerteydestrucción). Espero volver lo más pronto posible y de momento os dejo un fragmento de mi propia cosecha (no vale tirar tomates).
Las amapolas se abren como gotas de sangre al sol. El cielo
tiene el color de miles de ojos. Nos cogemos de las manos y giramos, giramos,
giramos, giramos. El tiempo de los besos ya ha llegado.
El tiempo de reír hasta quedarnos sin aliento, de sentir el agua
helada sobre la piel, de correr descalzos sobre la hierba, de rasparnos las
rodillas cuando nos subimos a los árboles, de tirarnos sobre la arena y rodar
como si fuese harina. Los días duran meses y las noches son un suspiro. Al
atardecer, el firmamento arde de miles de estrellas, se ondula y se returce
como una bandera. El momento perfecto para susurrarse secretos y que vuelen
hacia la luna. Nos sentamos espalda contra espalda y leemos poesía de algún
poeta francés, melancólico y triste, como un recuerdo del invierno.
Bailamos hasta que nos caemos rendidos y no soñamos porque ya lo
hemos vivido todo. Somos jóvenes, tenemos colores corriendo por nuestras venas.
Yo soy naranja, lila y verde. Tú eres añil, amarillo limón y fucsia. Nos
enredamos entre las brisas ardientes que nos envuelven como abrigos. Saltamos
desde abismos y nos encontramos en el fondo del mar. Cuando nuestras bocas se
encuentran, hambrientas, ansiosas, saben a salado. Nadamos, nos deshacemos y
nos convertimos en dos corales.
Las mañanas están llenas de luz y los anocheceres también.
Bebemos y sonreímos y decimos tonterías. Nos metemos debajo de las mesas y
fingimos que el mundo se acaba. Nadie nos encuentra, nadie nos echa de menos.
Tenemos un verano por corazón.
Pero el verano se seca, se congela y muere. Los árboles caen
desnudos, avergonzados. Las hojas rojas y la nieve nos sepultan. Ahora tenemos
que dormir. Todavía nos quedan mil veranos que vivir.
Que levante la mano el que piensa que nuestro Finnick Odair roza la perfección.
3 comentarios:
A mi Sam Claflin me gusta, pero no es mi Finnick al 100% (en realidad ningún actor es un personaje del libro al 100% xD).
Es que Finnick es *_* pues a mi tampoco me mato como personaje, pero si me parecio buena su participacion en el libro!
Adore el personaje de Finnick, pero odie el final que le dio Collins dentro de la trilogis. No se lo merecia y la autora ya había dado suficientes cuotas de sangre que lo vi innecesario.
Sobre la adaptación es muy DIFÍCIL, quedar conforme con un actor ya que alli intervienen los gustos pesonales de cada uno.
Todavía no puedo creer que Jaime Campbell sera quien le de un rostro a Jace. (me parece un tipo desgarbado, poco agraciado y nada a lo que imagine. Ademas que no se preparo físicamente para el papel)
Pero como dije cada quien tiene una vision diferente de un mismo personaje.
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Ríe, llora y sopla dientes de león.