SÍ, TENGO UNA OBSESIÓN

Sí, estoy bastante pesada, lo sé. Pero es que cuando a mí se me mete algo en la cabeza, no hay forma de sacármelo dado a mis patologías, mis múltiples personalidades y demás bichos raros que flotan por allí.

Y dado que no hay forma de librarme de  mi obsesión, por enésima vez voy hablar del criticado, controvertido, amado, odiado, indiferente, salado, dulce Sinsajo. Pero no os voy a hablar de mi odio irracional hacia Gale Hawthorne al que tiraría por un puente, ni os voy a hablar de mi amor amorísimo Peeta Mellark, al que secuestraría para mí sola. No, voy a hablar de las terribles consecuencias cerebrales que supone el final de esta saga.

1. No serás capaz de leer algo después de acabart e la saga Distritos.
2. Todo lo que leas a continuación te parecerá horrible, falto de originalidad, aburrido y simplemente vomitivo.
3. Andas cabizbaj@, depresivo, suspiras constantemente y tienes extraños síntomas suicidas.
4. Lo único que quieres es sentarte y echarte a llorar.
5. ¿Eres ya totalmente emo?
6. No eres capaz de hablar a no ser que de tu boca surjan palabras incomprensibles para el resto del mundo como Katniss, paracaídas, Juegos, Comadreja, Snow, ¡maldito Hawthorne!
7. El mundo es un lugar triste y desolado.
8. Te despiertas gritando después de tener terroríficas pesadillas donde a) te atacan un enjambre de rastrevíspulas enfurecidas b) Snow te secuestra c) eres un Tributo y vuelas en pedazos o d) ¡el equipo de Cinna te quiere poner guap@!
9. Odias profundamente a cierta Suzanne Collins
10. Amas incondicionalmente a cierta Suzanne Collins

¿Y cómo se llama la enfermedad? Fácil, el Suzienismo.

Y por horrible que pueda parecer, ¿a qué esperas para unirte a la gran epidemia de suzienistas que pululan por las calles como zombies siniestros?