Caperucita Roja. Yo sí tengo miedo… miedo a volver al cine

¡Weps!

Dado que hace mucho que no me pongo de mala leche –y este sitio fue creado, entre otras nimias razones, para eso- pues no podía haber entrada mejor para canalizar todo ese mal humor que poseo.

Tenemos lo de siempre, chica semiadorable –¡rancia asquerosa, asesina de conejos!- por cuyo amor se derriten dos sementales “insertar babas aquí”. La chica vive en un pueblo acosado por un hombre lobo que de momento se contentaba con cerditos y ovejitas, hasta que se carga a Lucie –pronunciado Luccccci-, la hermana –gorda y fea, como siempre pasa en estos casos- de Chica. Y a partir de allí se monta la de dios.

Soporífera, aburrida y más lo de lo mismo. ¿Por qué no me fiaré de mi intución femenina que para eso la tengo? Es que ya lo sabía yo que tendría que haber ido a Hop –donde ningún conejo sale mutilado /herido /asesinado-. Si es que eso de “la directora de Crepúsculo” ya me lo decía, corre en dirección contraria. Pero no, yo soy terca como una mula y me emperré de que yo veía Caperucita. Ahora le tengo fobia a las butacas.

En fin, situémonos: estamos en la edad media –o siglo XII, o Edad de Oro, o la época contemporánea yo que sé, siempre he sido una paleta en historia-. Pues bien, resulta que hará unos cien años atrás, ya se habían inventado las cremalleras, el rímel, la sombra de ojos, el pintalabios y gomina para el pelo, así que si por alguna casualidad del azar viajáis al pasado, no os preocupéis, allí ya tienen de todo –me extrañó un montón que Caperucita no usara un Smart Phone para contactar con sus amorcitos-. Y por cierto, aquí en invierno no hace frío, nos paseamos en manga corta a –20º con la nieve hasta las rodillas.

Dejando de lado estos errores históricos, tenemos una versión de un cuento –antes era de mis cuentos preferidos ¿sabéis?- más crepusculizada del mundo. Si ya sufro viendo a Bella & Comp –pero como soy masoca, me voy a reservar las entradas para Amanecer con un mes de antelación-, ¿cómo creéis que me siento viendo a Bella & Comp nº2? Sí, exacto, ¡qué pena que no tuviera una hoja de papel a mano!

Un festín de hormonas, chicas pavas y chicos guapos –¿pero Shiloh, qué haces allí? Tú hacías cine independiente T_T ¿Por qué te metes en cine adolescente? ¡Te pareces a Gerard Way! ¿Por qué?- acción escasa, unos berridos que le dejan a una sorda perdida y una buena siestecita.

El final sorprendente, eso sí.

Para un domingo infroctuoso, os dejo la canción de Glee. Ahora adoro a Gaga un poquito más.