Porque yo soy una cinéfila, porque tenía ganas de OFF-TOPIC y porque entrar en polémica nunca viene mal

¡Wolaps!

Como es normal en mí, vengo a quejarme. Sí, yo creo que soy de las pocas personas que fue a ver TRON: Legacy y le gustó.

No voy a hacer ningún resumen, no datos, ni nada de nada, porque todos saben lo que es y como es, así que no me complico la vida. Pero como soy una blogger responsable, os dejo el link a Wikipedia por si alguno está sumamente aburrido y se pasea por allí.

AL LÍO

TRON: Legacy NO ES UN REMAKE. NO. Es una secuela. Yo no he visto la primera parte y a los que no hayáis visto ninguna de las dos, os recomiendo que veáis la primera antes de la segunda, porque puede provocaros muchas dudas y confusiones, como fue mi caso. Era para dejarlo claro.

En todos o prácticamente en todos los medios de comunicación lo han calificado de SOBERANA MIERDA, a lo que esta leonesca frunce el ceño y suspira. Todos teníamos puestas numerosas expectativas en TRON, muchos lo calificaban del nuevo Avatar. Y sin embargo, obtiene un aluvión de malas críticas. Que si no es nada original, que si es igual que Matrix, que si Jeff Bridges hace el idiota, que si a Wilde y a Hedlund los metieron por guapos, que si el 3D sin aprovechar, que si aburrida hasta puntos insospechados, que si falta total de dramatismo.

A LO QUE YO RESPONDO:

1. Avatar no fue la película más original del mundo –ahora es cuando miles de fanes locos se tiran sobre mi yugular-. Hablo en serio, Avatar era Pocahontas, más bonita, más violenta y más dramática. Venga vale, un 3D que te cagas. Pero oye, a Cameron nadie le reprochó haberle robado la idea a un clásico de Disney –si es que era todo clavao’, la interración directa con la naturaleza, la historia de amor, el joven que se debate entre su deber y su corazón-.
2. ¿Por qué todos se empeñan en linchar a Tron sabiendo de antemano que era un producto Disney solamente pensado para convertirse en taquillazo? El fuerte de Disney, es Pixar –¿quién es el insensible que no lloró con Toy Story 3?- porque como dibujos Disney no hay ningunos. Pero a lo que películas reales se refiere, flojea mucho –aún intento olvidar el doloroso recuerdo que me dejo la saga HSM, tenía ganas de arrancarme los ojos-. Nadie despotricó contra Aprendiz de Brujo –película muchísimo peor que ésta, en mi opinión-, los críticos se limitaron a encogerse de hombros. Disney fue, es y seguirá siendo una productora teóricamente para niños y adolescentes, haciendo películas adaptándose al gusto de tales. Porque desde luego lo que no le podemos exigir a Disney es que de Tron nos haga una trilogía Matrix. Así que, ¿qué tenía Tron de especial, sabiendo que llevaba la marca Disney?
3. ¿Emociones? ¡Emociones! Esto es un blockbuster. Punto. ¿Por qué todos lo acusan de soporífero, horrible guión –a la mierda os mando, señores de la RAE, guión de toda la vida lleva acento y no voy a ser yo quien se lo quite- y mala actuación de los actores? ¿Os vuelvo a leer el punto 2? ¿Qué os esperabais? ¿Falta de dramatismo? ¡Qué dramatismo ni que tres cuartos!
4. En mi humilde opinión, creo que esta es la clásica película donde se produce el divorcio entre público y crítica.

ANALICEMOS LO QUE NOS QUEDA:

Una magnífica banda sonora, un magnífico señor Sheen, unos efectos especiales de la leche, un cuidadísimo esteticismo, un monísimo bulldog francés que no pinta nada pero me hacía ilusión mencionarlo porque yo también tengo uno, y un señor Hedlund que está como para toma pan y moja –oye que una se puede permitir unos ¡ay omá!-, que por si sois de los que os suena pero no sabéis de qué, es el mismo ¿Murlough? de Eragon. Pobre, está destinado a ser linchado, teatralmente hablando.

Y yo no digo que Tron sea la mejor película del año, pero no creo que se merezca todo lo que han dicho de ella. Simple, plana, carente del –ojos en blanco- dramatismo esperado. Pero oye las dos horas que dura me entretuvo, me divirtió y pasé un buen rato. ¿Qué más le podía pedir yo?

P.S.: Creo que por fin he encontrado la letra –y su tamaño- adecuada para el blog.